Mi nombre es Evelyn García Bravo, tengo 24 años y actualmente curso el quinto y último año de la carrera de Pedagogía en educación media mención en Historia y Geografía en esta casa de estudios. A lo largo de mi formación académica he desarrollado un profundo interés por los procesos históricos y territoriales, con una atención particular a la historia local (y sus distintas ramas), área que me interpela directamente como osornina y que ha orientado muchas de mis inquietudes investigativas y pedagógicas. Complementariamente, encuentro en la música y el arte una fuente constante de sensibilidad y pensamiento crítico que enriquece mi mirada educativa.
Desde hace algunos meses me desempeño como trabajadora becaria en la biblioteca de la universidad, instancia que ha significado mucho más que un espacio laboral. Entre mis principales funciones, he estado a cargo de la atención directa a los distintos usuarios del sistema, especialmente estudiantes, lo que me ha permitido ocupar un lugar completamente nuevo: el del “otro lado del mesón”, espacio que tantas veces habité como usuaria. Esta experiencia no solo me ha permitido comprender mejor las dinámicas internas de la biblioteca, sino también fortalecer habilidades comunicativas y de servicio fundamentales para cualquier futuro docente.
Uno de los aspectos que más valoro de esta experiencia es la calidad del ambiente humano que encontré. Desde el primer día, el equipo que conforma la biblioteca me recibió con respeto, disposición y una genuina preocupación por mi proceso de integración. Han sido guía, apoyo y referentes en lo cotidiano, y este vínculo, construido desde la confianza y el reconocimiento mutuo, ha transformado mi percepción del trabajo en espacios académicos colaborativos. La rutina compartida ha dado paso a una relación de estima que me ha permitido mirar con nuevos ojos un espacio que antes era solo funcional, y que hoy considero parte significativa de mi formación profesional dentro de esta universidad. Ante esto, solo me queda agradecer el espacio de trabajo brindado por el equipo de la biblioteca, que me ha permitido experienciar mi última etapa formativa desde otra mirada, ya que se me ha permitido expandir mis intereses, desafiarme en nuevos contextos y descubrir el valor de los vínculos humanos en los procesos de aprendizaje y servicio. Ser parte activa de este equipo me ha permitido reconocer la biblioteca como un nodo esencial dentro del ecosistema universitario, donde el conocimiento, la colaboración y el trato humano convergen cotidianamente.
Invito sinceramente a otros y otras estudiantes a explorar las distintas oportunidades que ofrece la universidad, en especial, las becas de trabajo que se ofrecen. Son oportunidades que, más allá del beneficio económico, permiten habitar la universidad desde otros lugares, adquirir herramientas valiosas, y tejer vínculos que enriquecen nuestra experiencia estudiantil. En particular, la beca de biblioteca representa un espacio privilegiado para comprender los flujos de conocimiento y colaboración que atraviesan nuestra comunidad universitaria. Vivir esta experiencia ha ampliado mis horizontes y reafirmado el valor de participar activamente en los espacios que también sostenemos como estudiantes.